Érase una vez un joven pastor llamado Pedro que se pasaba el día con sus ovejas. Cada mañana muy temprano las sacaba al aire libre para que pastaran y corretearan por el campo. Mientras los animales disfrutaban a sus anchas, Pedro se sentaba en una roca y las vigilaba muy atento para que ninguna se extraviara.
No digas mentiras, porque el día que cuentes la verdad, tal vez nadie te crea.
*Sólo para planes premium
PERSONALIZACIÓN de cuentos
ACTIVIDADES para todas las edades
LÍMITE personalizado TIEMPO DE USO
GRABACIÓN DE VOZ en todos los cuentos